El arbolado urbano

En Morón, la preocupación de los vecinos y vecinas y de las autoridades locales por el arbolado urbano tiene una larga historia.

Plantacion árboles A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el Municipio consideró importante colocar árboles en los espacios públicos. En 1865, el juez de paz José María Casullo rediseñó la plaza del pueblo, colocó en ella los primeros faroles de querosén e hizo plantar 200 paraísos, con el objeto de mantener la pureza del aire. En 1883, otro juez de paz, Luis Nicolás Basail, plantó eucaliptus en las veredas de la calle San Martín y en el cementerio.

Hacia fines de ese siglo, al convertirse Morón en uno de las localidades de veraneo preferidas por la élite porteña, fueron edificadas lujosas quintas y mansiones, con parques y jardines diseñados por arquitectos paisajistas. En 1904, por ejemplo, Antonio Leloir encargó a Carlos Thays la parquización -con laguna incluida- de unas 100 Has. El Estado Municipal también recurrió a Thays para encomendarle la remodelación de la actual plaza San Martín.

En 1900, a iniciativa de Estanislao Zeballos, propietario de una quinta en Castelar, el Consejo Nacional de Educación instituyó el 29 de agosto como “Día del árbol. Durante años, los alumnos de las escuelas del partido lo conmemoraron plantando árboles en veredas y plazas. Entre las décadas de 1910 y 1930, el Concejo Deliberante se interesó por embellecer la comuna plantando árboles en calles y avenidas, contando con la colaboración de los vecinos y de organismos nacionales y provinciales. En 1921, por ejemplo, solicitó al gobierno de la provincia 1000 ejemplares de paraísos, plátanos, tipas y acacias.

La administración de Rafael Amato se destacó por haber implantado más de 15 especies de árboles: en 1938, tras empedrar las calles, este intendente niveló las veredas y colocó en ellas unos 7700 ejemplares. Se plantaron acacias en las calles Casullo, Belgrano y Alsina (hoy Buen Viaje), plátanos en Sucre y French, ginkos en Itapirú (hoy Boatti), tipas y eucaliptus en la Avenida Zeballos, y olmos en Santa Fe.

A partir de la década de 1930, Morón experimentó el desarrollo de la industria y un acelerado crecimiento demográfico. El loteo de las antiguas quintas y el rápido avance de la urbanización provocó que las zonas arboladas retrocedieran. El municipio intentó revertir esa tendencia y en las décadas de 1940 y 1950 continuó comprando miles de árboles y plantines. Esta política, combinada con las donaciones de ejemplares obtenidos de la Dirección Nacional de Bosques, permitió recuperar parte del patrimonio natural perdido. Además dar verde a plazas y calles, se destinaron muchos ejemplares a las Sociedades de Fomento.

Desde fines del siglo XIX a la actualidad, las ordenanzas municipales evidencian la inquietud de las autoridades por la preservación nuestro patrimonio natural. En 1911 fue creado el Vivero Municipal, que tiene actualmente sus instalaciones en Castelar sur.   Entre las ordenanzas más recientes, se destacan la reglamentación de la poda correctiva, la creación de la Policía Ecológica Municipal y la formación del Consejo de Arbolado Público. Las ordenanzas de 2007 y 2008 declaran al arbolado público urbano como Patrimonio Natural y Cultural del Municipio de Morón y reglamentan su preservación.